La cúrcuma , Curcuma longa, un miembro de la familia del jengibre, es el rizoma molido (tallo subterráneo) de la planta de cúrcuma y ha sido una parte importante de las antiguas tradiciones ayurvédicas indias tanto en la cocina como en la medicina durante miles de años.
La cúrcuma contiene un pigmento vegetal llamado curcumina, responsable de su característico color amarillo canario. La curcumina, un antioxidante natural, posee potentes propiedades antiinflamatorias.
La relación de la India con la cúrcuma se remonta a miles de años. Sus tallos subterráneos se utilizan como condimentos y colorantes. La medicina ayurvédica recomienda mezclar la cúrcuma con un poco de miel y aplicar la pasta sobre la piel como ungüento tópico para tratar infecciones, irritaciones e inflamaciones cutáneas. Se ha utilizado para cortes y quemaduras debido a su efecto antiséptico y su capacidad para promover la cicatrización.
Por vía tópica, la cúrcuma limpia e ilumina la piel. Sus propiedades antisépticas y cicatrizantes la convierten en un excelente tratamiento natural para la piel irritada. Puede ayudar a disminuir la rosácea y prevenir el acné. Rica en antioxidantes, la cúrcuma es un ingrediente común en los productos ayurvédicos para el cuidado de la piel, que promueven una piel radiante y suave de forma natural. Algunos estudios han demostrado que la cúrcuma tópica puede ayudar a reducir las manchas oscuras en la piel si se usa con regularidad.
Aunque no hay muchos estudios de investigación científica disponibles que prueben la eficacia de la cúrcuma para las afecciones de la piel irritada, existe evidencia anecdótica que demuestra la efectividad de la cúrcuma.