La hierba de San Juan, Hypericum perforatum, llamada así en honor a San Juan Bautista porque florece cerca del día de su celebración (24 de junio), se creía que expulsaba los malos espíritus del cuerpo. Su uso medicinal se remonta a la antigua Grecia y se ha empleado durante siglos por vía tópica para tratar hematomas, dolor muscular, daño nervioso, ciática y dolor de espalda.
La hierba de San Juan tiene muchos usos tradicionales y es una de las pocas hierbas que ha sido objeto de mucha investigación científica. Es un remedio casero increíble para aliviar el dolor y favorecer la curación de quemaduras leves.
Dado que esta planta de carretera reduce la inflamación y promueve la cicatrización de heridas, se ha utilizado de forma tópica para ayudar a curar heridas y quemaduras, calmar dolores nerviosos como la ciática y ayudar a mejorar afecciones de la piel como el eczema y la psoriasis.
Los indios Cherokee usaban el mucílago de las hojas como ungüento para tratar hematomas y quemaduras, y también introdujeron la planta a los primeros colonos. "Wort" significa "hierba" en inglés medio. La hierba de San Juan es antiinflamatoria, analgésica y alivia el dolor nervioso leve a moderado.