El escaramujo ( Rosa spp.), también conocido como rosa mosqueta, es lo que queda después de la caída de los pétalos. El escaramujo en polvo ha sido utilizado durante siglos por los incas y los nativos americanos como tratamiento para diversas afecciones de la piel.
Conocido por su alta concentración de vitamina C (aproximadamente 60 veces la que se encuentra en las naranjas), que es uno de los antioxidantes más potentes, el polvo de rosa mosqueta también tiene altos niveles de bioflavonoides, vitaminas E, A y D. Esta combinación de nutrientes ayuda a los escaramujos a combatir la inflamación, refrescar la piel y darle a su cutis un brillo natural.
Los sudamericanos han usado la rosa mosqueta durante generaciones para tratar la piel seca, ayudar a reducir los signos del envejecimiento prematuro y atenuar imperfecciones como manchas de pigmentación, cicatrices de acné y manchas solares. Es la vitamina C natural, en forma de ácidos grasos esenciales, la que retiene y atrae la humedad para una piel más sana y de aspecto más joven, y se cree que proporciona notables efectos regeneradores y rejuvenecedores de los tejidos.
En el cuidado del cabello , el aceite infundido con semillas de rosa mosqueta fortalece el tallo del cabello.