La semilla de lino (Linum usitatissimum) proviene de la planta del lino, que se cultiva por sus semillas, su aceite comestible, su aceite para el acabado de la madera y sus fibras, que se utilizan para fabricar lino. El aceite utilizado para el acabado de la madera se llama aceite de linaza, se extrae con disolventes de petróleo y no es apto para el consumo humano. Las semillas de lino se han cultivado desde la antigüedad en Egipto y China, donde se utilizaban como alimento y medicina.
La linaza y su aceite se suelen añadir a productos para el cuidado de la piel porque son ricos en nutrientes esenciales, como vitaminas A, B y E. Además, son una de las mejores fuentes de ácidos grasos omega-3 y son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias. Las semillas de lino ayudan a reafirmar, tonificar y tensar la piel, además de reducir el exceso de sebo en la piel grasa para prevenir y tratar el acné. Las semillas finamente trituradas son excelentes exfoliantes que ayudan a limpiar y eliminar las impurezas de la piel, además de minimizar los poros dilatados.
En el cuidado del cabello , la semilla de lino pertenece a un grupo de hierbas llamadas plantas mucilaginosas como el malvavisco. Cuando se mezclan con agua caliente, las semillas de lino forman un gel resbaladizo y pegajoso que promueve hebras saludables y proporciona "deslizamiento" para ayudar a desenredar el cabello, lo que puede ser especialmente útil para aquellos con cabello fino y enredado y aquellos con cabello apretado y rizado.