La garra del diablo (Harpagophytum procumbens) ha sido un popular tratamiento antiinflamatorio y para la artritis desde que fue descubierta en Sudáfrica por colonos europeos en el siglo XVIII. Es una hierba muy amarga y su nombre, que da miedo, se debe a los pequeños ganchos espinosos que recubren su fruto.
Las raíces, que en realidad son tubérculos, se han utilizado con fines medicinales durante siglos para ayudar a tratar el dolor, la fiebre e incluso la malaria.
La garra del diablo también se usa tópicamente en ungüentos o bálsamos para curar llagas, forúnculos y problemas de piel irritada o inflamada. Un ungüento con garra del diablo también puede ayudar a aliviar la inflamación y el dolor muscular y articular, como el de la artritis y la gota.